2/09/2007

variaciones sobre un barco (uno)


había una vez un barco
que navegaba al revés
rasgando con su vela el océano
en lugar del cielo

había una vez el reflejo de un barco
que se creyó barco
rasgando los cielos
en lugar del océano

.
.
el barquito de papel y su reflejo eran diferentes. el reflejo tenía grandes sueños más allá del maloliente charco donde el barquito era feliz. quería navegar en un mar de verdad: zarpar hacia el cielo. planeaba crecer, cubrirse de metal y pólvora, ganar honores en una guerra. por ello el intrépido reflejo decidió independizarse, sentando el mal ejemplo para los reflejos más diversos –como el de un alacrán o el de un tornillo—así como para otros como los edificios y los cables de luz, que también a veces sueñan con fugarse.

sin embargo, a punto de zarpar, una gigantesca nube negra tapó el sol de tajo. hasta ahí llegó la insurrección del reflejo, pues al pasar la nube ya no era el mismo; apareció al otro extremo del charco, confundido. se quedó con el barquito de papel, meditando a dónde habría zarpado en su breve viaje entre las sombras, temeroso de su cambio de piel, del castigo –creyó—por sus ambiciones.
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texto: edith e. e.
fotografía: cined

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Pirot dice: La idea de los híbridos siempre me ha gustado. En este caso, la forma híbirda del texto en la que la versificación (a manera de prólogo) y la prosa ( a manera de desarrollo) me resulta visualmente llamativa. El estilo es naïf a mi parecer, y la utilización de diminutivos decoran ese culto a la inocencia. Si la forma es híbrida, el contenido también: refleja el debate de la otredad. La acotación -como el de un alacrán o el de un tornillo- me intriga y me gusta. No sé si la intención haya sido esta pero yo lo defino como un pequeño cuento infantil-maldito.

febrero 28, 2007  
Anonymous Anónimo said...

dos pasos:Me parece que el temino maldito no cabe en este exquisito cuento, no veo o alcanzo a notar los elementos para dejarlo en esta clasificaciòn, de qeu es un cuento infantil dramatico no cabe la menor duda, asì, por telenovelesco que suene. Los elementos de grandeza que aparecen en el reflejo y la forma en la que son truncados son sobresalientes y con una prosa muy bien definida, precisa, consisa y maciza. Me queda el sabor del niño que no quiere meterse al agua una vez que pone los pequeños dedos de su pie dentro sin darse cuenta qeu el barco en qeu viaja esta ya hundido

marzo 02, 2007  
Anonymous Anónimo said...

Pirot dice: es verdad, el término maldito es muy delicado y quizá inoportuno para este cuento, pero en la embriaguez de la escritura y la reflexión rápida uno tropieza a veces con espacios-trampa y cae. Lo que pretendía decir con ese "maldito", era que el final del cuento, aunque sea infantil, me evocó un cierto pesimismo, a decir verdad, el del fracaso del ser.

marzo 05, 2007  

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